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de Miami.
Todos daban por seguro que el hombre iba a pedir asilo político cuando llegara a Washington. Todos
les pedían que  escogiera la libertad. Se exhibían cartelones incitándolo a asilarse. Desde Miami salió
una comisión de pícaros que iban a tratar de convencerlo. Le hicieron llegar mensajes secretos. Un
grupo de millonarios de la llamada  mafia hizo una colecta de millones para sobornarlo. Habló a solas
con la Reno y la directora de Inmigración. Pudo haber pedido asilo si hubiera querido. Nadie lo habría
podido impedir.
El Miami Herald publicó en inglés un editorial, probablemente escrito por una cubana ingenua, en el
cual se confiesa, de manera implícita, lo sorprendente de que este cubano raro no se haya asilado. Tan
metida está en la cabeza de los cubanos de Miami la idea de la fuga, del soborno, del fraude, de la
trampa, de la traición, que se quedan con la boca abierta cuando aparece un cubano que dice que se
queda en Cuba, que vuelve a Cuba, que no quiera asilarse.
Esto revela más que nada la mentalidad prevaleciente en Miami y sobre todo en los cubanos que
trabajan en el Herald. No son capaces de admitir que en Cuba hay once millones de personas y la
mayoría no quiere abandonar el país, a pesar de todas las necesidades provocadas por el bloqueo y el
acoso de los Estados Unidos. Hay un síntoma alentador en esto.
Yo que soy un poco cínico, y no suelo creer en muchas cosas, tengo que admitir que hay un gesto
enaltecedor en la conducta de este hombre humilde. Ha surgido un cubano que cree que su deber es
quedarse en su país y educar a sus hijos allí. En 40 años de trampas e infamias este es un caso que honra
a la Revolución.
El editorial del Herald, en inglés, es revelador:  A pesar de lo difícil que es comprender cómo Mr.
González ha podido rechazar la oportunidad de vivir con su familia en libertad, tenemos que
entenderlo , escribe quien me imagino es una editorialista incapaz de ocultar su sorpresa. Y confiesa su
desilusión. Algo nuevo está ocurriendo. Y es bueno.
Para esta gente era una cuestión de honor hacer todo lo posible con el propósito de obligar al hombre a
quedarse en los Estados Unidos. A que pidiera asilo. A pesar de todas las presiones, Juan Miguel se
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mantuvo firme. Eso ha sido una bofetada para una sociedad integrada, fundamentalmente, por desertores.
En Cuba debieran darle un gran homenaje a Juan Miguel González.
LB: Fidel manejó la situación inteligentemente.
LO: Castro demostró que le edad no le ha restado brillantez a su juego político. Se equivocan en Miami
los que insisten en hablar de su decadencia física e intelectual. Manejó hábilmente la situación y logró
un respaldo masivo dentro de la Isla utilizando un tema muy emotivo. Es estúpido decir que las
multitudinarias manifestaciones en toda la isla fueron forzadas por el Gobierno. Es obvio que existió un
evidente respaldo a la demanda de la devolución del niño. Lo ocurrido a la vista del mundo entero
representa un triunfo para Castro
Así es la historia
Luis Báez: ¿En qué año conoció a Fidel?
Luis Ortega: En 1948.
Luis Báez: ¿Supieron los políticos valorar a Fidel?
Luis Ortega: Fueron muchos los que no valoraron a Fidel. Recuerdo que en 1957 el ex presidente Carlos
Prío estaba reunido con un grupo de sus amigos en un lugar de Miami. La conversación, como siempre,
giraba en torno a la  inminente caída de Batista.
Uno de los presentes le hizo una pregunta a Prío:  ¿Presidente y qué vamos a hacer con Fidel
Castro? . Prío, muy tranquilo, sin vacilar dijo lo siguiente:
 No habrá problemas con este muchacho...Yo estoy seguro de que bajará enseguida de la Sierra y si lo
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nombramos Director de la Renta de Lotería[11] quedará satisfecho .
Luis Báez: ¿Usted qué dijo?
Luis Ortega: Frente a una decisión tan extraordinaria no me atreví a decir nada.
Luis Báez: ¿ Con Batista ocurrió algo parecido?
Luis Ortega: No podemos olvidar que un año antes, en 1956, el presidente Batista estaba jugando bridge
en casa de Jorge García Montes[11] y Pancho Tabernilla se le acercó para comunicarle que había un
desembarco por Oriente.  Luego hablaremos de eso , respondió Batista. Al terminar su juego, varias
horas más tarde, le pidió a un ayudante que le buscara un mapa de la ESSO[11], lo extendió sobre la
mesa y de acuerdo con su gran experiencia militar hizo una valoración de la situación. Entonces, ordenó
que unos cuantos soldados de la Guardia Rural le cayeran atrás a los invasores y se fue a dormir
tranquilo.
Luis Báez: ¿A Nixon le pasó por el estilo?
Luis Ortega: En 1959, en abril, después del triunfo de la Revolución, Fidel fue a Washington y lo
recibió el vicepresidente Richard Nixon. Fue una conversación muy interesante. Nixon le aconsejó a [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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